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lunes, 26 de septiembre de 2011

WALL-E O LA METÁFORA DE SALVACIÓN DE LA HUMANIDAD







Carlos Rivera


Érase una vez un planeta azul


Puede un robot olvidado y programado para cumplir la rutina para lo que fue creado ser aliciente y motivo de inspiración y conmueva en clave de humor y de heroicidad a los humanos en la utopía de alcanzar (o reconquistar) lo que nosotros mismos perdimos por la tecnología, el ocio y el afán destructivo en el que convivimos.
En el año 2115, tiempo en el que se desarrolla la película, la tierra es un lugar con una producción excesiva de basura, abandonada y desolada. WALL-E está solo en el planeta, compactando cubos de basura y con breves misceláneas y recuerdos de lo que fue alguna vez nuestra vida en el planeta. Solo un insecto lo acompaña en estas travesías robóticas. Perol WALL-E tiene cualidades humanas: curiosidad, inquietud, ternura, es decir es un robot sentimental (a pesar de ser trabajador y cumplidor) pero, hasta que no ve a uno de sus iguales no logra complementar o refugiar todas esas acciones. Así conoce a EVA quien llega ahí en un afán de exploración, es mas avanzada tecnológicamente y solo tiene una misión. Pero WALL-E logra conmoverla, contagiarle con sus cotidianidades como ver una película mientras intenta imitar sus pasos.



La poderosa fuerza del amor


WALL-E trata de captar el interés de EVA, le enseña un cubo mágico, un foco de lámpara, un plástico protector de artefactos. Cuando ya hay cierta empatía (por así llamarlo) este le obsequia algo que había encontrado en sus trajines habituales: una planta. Al recibirla EVA, al instante la introduce en su cuerpo y automáticamente anula su funcionamiento dejando a nuestro robot solo, y estupefacto. Trata por todos los medios hacerla reaccionar, pero es imposible. Pasea con ella, la cuida, hasta que la nave viene y se dispone a recogerla. Demasiado tarde. Corre tras ella en la epopeya que la humanidad hacia tiempo –presumimos- había perdido. La Nave la recoge y él, va tras ella como un enamorado (Sujetándose en la parte exterior contemplando los universos y sus maravillas.)
Llegan a una nave de la mega corporación Buy n Large (BnL), llamada Axioma que es un crucero espacial. Unos robots avanzados le dan la bienvenida, ahí hay humanos obesos, perdidos en sus sillones reconfortantes, sin animo de acción alguna , sumergidos en el ocio mas absoluto y catatónico mientras las maquinas cumplen con el mantenimiento de ese paraíso artificial.
EVA debe ser revisada y entregar lo que guarda en su interior y el procesamiento de la información respectiva. WALL-E es recibido por robots torpes y curiosos quienes hallan en gracia a este.
El capitán B. McCrea de la nave (otro gordo recostado en su sillón) queda maravillado con lo que había traído EVA pero no logran encontrarle nada en su interior. La planta es la expresión de la vida, la metáfora de salvación, el control (el piloto automático) se da cuenta que ese elemento es peligroso. Y mientras los persiguen ordenando al batallón de policías robots que encuentren a EVA y WALL-E.
El capitán al saber un poco mas de la historia de la tierra se enamora del lugar y se da cuenta de que es la oportunidad de cambiar de rumbo, asume el control luchando, no puede moverse hacia ningún lado, está tirado en el suelo y se arma de fuerzas y recupera el equilibrio de sus pies y asume el control de la nave. Caminar es un acto grandioso y trascendental, pero la pareja de robots logran al final colocar la planta en la fuente, el holodetector, que automáticamente los conduce a una súper velocidad rumbo a la tierra.



La metáfora de la salvación


Ya instalados en el planeta, WALL-E está muriendo, destrozado por toda aquella aventura, EVA trata de revivirlo pero su estado es grave. La escena es conmovedora, lo lleva donde el vivía, logra reconstruirlo y WALL-E recupera su funcionamiento pero no la recuerda. Ella sufre, intenta que recobre su memoria con unos objetos, pero no sucede nada. Él sale a cumplir con su trabajo. EVA parece no sopórtalo, no se da por vencida y, le toma sus mecánicas manos, se acerca con ternura explicita. La fuerza del amor entre ambos es humana y épica. Al fin WALL-E dice el nombre de EVA mientras se aprietan mutuamente las manos. Ha triunfado el amor y los humanos miran con esperanza esta nueva vida. La metáfora de salvación y de los sentimientos no la da un hombre o una mujer, sino dos cuerpos mecánicos que luchan por aquellos valores perdidos por la humanidad.

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