 Carlos  Rivera
Carlos  Rivera 
Militante del Partido Político Constructores Perú   
A veces la política sirve para  sacar  de  nosotros lo peor, las más cruentas miserias, las bajezas mas   insospechadas  y uno  que alguna   vez fuera decente  ( o parecía)se vuelve   irracional y confunde la idea  con el adjetivo ramplón para  rebatir algún argumento sobre un tema en discusión. Primero su ideología,  segundo su ideología, tercero su ideología. A veces ni esto, solo su salvajismo.  
Debe ser por que la política no es una cofradía de acólitos  bienintencionados, hay en ella intereses, personalismos, envidias   como también desde luego cosas positivas  y grandes sueños  por lograr (utopía  y propuestas). Entonces ¿cuando se da esta  mutación en el individuo y se transforma en un   ser mitad animal y  mitad androide? Cuando se  confunde la política con   la politiquería. Es decir  repite   lugares  comunes, generalidades, arenga  frases por doquier. Confunde el  panfleto con un libro, el discurso con el griterio, la estrategia con el  achoramiento. 
Basadre nos decía que el facilismo es uno de los más grandes males  nacionales. Esa concepción  de la política (facilista) como objeto  de lucha y de rabia es  rebajarla  a su más pobre  expresión.  Por que  ella encierra un concepto más  amplio, de bitácora, debate de ideas,  destino y estudio. Entonces  la ideología, la doctrina, el programa  y el activismo son  elementos de la política, es decir las prospectivas de las ideas sobre el  constructo de una propuesta que alcance una organización. Llegar a esta posición   no solo es producto   de    conmocionarse  con la pobreza,   y  empaparse de la realidad en general   la  cual pretendemos cambiar, sino de  asumir  la vida política como tal. Con sus exigencias de estudio de y vocación, con el  análisis comparado, con la convicción de que no hay verdades absolutas y  creernos  guardianes de la moralidad de nuestros   rivales políticos. Así mismo conocer la cosa pública en su dimensión  técnica, legal, administrativa  y económica para que a la hora  de  asumir el poder no se ensayen  experimentos  insospechados. 
Pues claro que en la política  son   inevitables las cuestiones colaterales, pero es necesario no caer siempre  en ellas y  sumergirnos   mas en esas   nimiedades  y vulgaridades para no confundir su  esencia.  Entonces, hacer política, ser político,  ser  militante de una organización política  requiere responsabilidad,  asumir procesos, estudiar a los rivales ideológicos o de otras formas de  pensamiento,  conocer la dinámica de la vida y de las  instituciones, la evolución de las sociedades y del individuo. Es decir tratar  de aprender día a día para enseñar y compartir  nuestro  conocimiento con nuestros seguidores o interesados en nuestras ideas y acciones.  
 
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