Mi lista de blogs

domingo, 31 de julio de 2011

ENCANTOS FEMENINOS



Muchas mujeres coquetean con un hombre porque es inofensivo, pero se cansan de él por la misma razón. (George Bernard Shaw)

Carlos Rivera

En cualquier calle y a cualquier hora las sigilosas miradas varoniles penetran centellante sobre una anatomía femenina que ajustadamente exhibe una provocativa minifalda. La vista de los paseantes, recorre la espalda, la cintura y las caderas (y siempre les decimos que lo primero que vimos fueron sus ojos) Una visión topográfica a la velocidad de la luz concluye en el infinito mundo de las piernas. No hay hombre que se resista a degustarlas –al menos desde la distancia- aquel par de extremidades que transportan al macho a un estado de fulminante erotismo para almacén de sus futuras fantasías(noctambulas o diurnas).

Un par de piernas bien torneadas, y cruzadas –a veces- pueden conseguir empleo. Son pocos los ejecutivos que obvian tan interesante detalle para evaluar el currículo de las esforzadas aspirantes. Pueden provocar también que avispados conductores choquen sus autos al voltear impresionados ante unas exuberantes extremidades, olvidándose desde luego del volante.

Dicen que el hombre desviste a la mujer con solo mirarla. Vaya que hay atrevidos que aun caminando a lado de la esposa no resisten la tentación de observar algún exquisito cuerpo, a sabiendas del castigo común en estas circunstancias: una bien merecida cachetada o las respectivas retahílas de maltrato por parte de su cónyuge.

Los chinos adoran endemoniadamente el empeine doblado de sus mujeres, quienes gustosas por complacer tan raros caprichos de su pareja aceptan la tortura sublime. Para los chinos más exóticos no hay placer más excitante que desvendar unos pies doblados o quebrados al compás de unos hondos gemidos que los sumerge en un bizarro placer.

Marco Aurelio Denegri comentaba que los europeos y los norteamericanos son tetales (prefieren los senos) y los latinoamericanos, nalgales (prefieren las nalgas) ¡bienvenidos entonces el intercambio cultural!
La coquetería femenina está llena de astucia, sutilezas y minuciosidades. Sus rituales rompen nuestros pobres juicios varoniles construidos con la razón en amparo de la ciencia. Para ellas, la intuición es suficiente.
Un escote atrevido, una cintura de ensueño, un guiño, unos labios color fresa o carmesí, por ejemplo, pueden hacer babear a cualquier incauto o al más atrevido de los hombres por que lo idiotiza, lo obnubila y hace que sus palabras se contengan.

Las Pantimedias juegan diplomáticamente con lo que vemos, como una especie de pared invisible que nos invita y nos detiene. Hay un sinfín de variedades, texturas, tamaños y colores. Las pantimedias son como códigos: “Mira, imagina, pero no toques. Lo demás es un proceso” Algunas las prefieren en color carne, unas en blanco y otras en negro; el color carne refleja cierta sensualidad encubierta, algo recatada. El negro, la ligera sospecha del atrevimiento. El blanco, una fresca inocencia que puede despertar en muchas cosas.

Pero claro, todo depende de las combinaciones, de los gustos y del motivo por cómo ellas desean salir en el día o en la noche o lo que anhelan en sus adentros con respecto a quien asesinar(a punta de coquetería). Ellas nunca piden, solo sugieren.


Hablar de la mujer y de sus encantos es perdernos en su misteriosa dialéctica que los hombres tardaríamos mucho en comprender a plenitud. Solo vemos facetas, misceláneas, gestos de sus actos y nos contentamos con adorarlas desde el rincón de nuestra hombría.

No hay comentarios: