Carlos Rivera
Periodista y escritor
El libro editado por la periodista Sonia Goldenberg Decidamos nuestro futuro (marzo, 1985) patrocinado por el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico y la Fundación Friedrich Ebert (con motivo de las elecciones presidenciales del ochentaicinco) recoge entrevistas a los principales candidatos de ese entonces: Alan García Pérez, Luis Bedoya Reyes, Alfonso Barrantes Lingán, Raúl Alva Orlandini y Francisco Morales Bermúdez. Además, propone a las distintitas fuerzas políticas explicitaciones acerca de sus planes de gobierno en relación a ejes temáticos. Hasta ahí ideas interesantes, y buen planteamiento del pliego de preguntas. etc.
Lo que llamó mi atención y por ello traigo a recuerdo este libro, es un detalle importante que se entrelaza con la finalidad que busca el presente artículo. Al comienzo de la obra, a manera de introducción, hay una entrevista al Presidente de la República –en esos años- Fernando Belaunde Terry. Dos preguntas concretas le plantea la periodista:
1.-Varios partidos hablan hoy de consenso: ¿Cree que estamos madurando políticamente?
2.- ¿Cual seria a su juicio la plataforma para lograr un acuerdo nacional?
A la primera pregunta responde el mandatario aduciendo como ejemplo de consenso la cita que tuvieron los ocho candidatos con motivo de la llegada de Juan Pablo II a Palacio de Gobierno.
La segunda respuesta refleja una escaramuza para rehuir a la fundamentación. Belaunde habla de libertad de prensa, constitución, carreteras, obras públicas, energía. En ningún momento hace alusión al tema de la pregunta: la concertación.
A lo largo de nuestra historia republicana no hemos visto ejemplos de consenso entre fuerzas políticas, organizaciones sociales y gobierno que se reunieran con la intención de fijar los derroteros de las políticas de estado que requería nuestro país. Hubieron otras experiencias unificadoras pero con intereses distintos: coaliciones, frentes políticos, alianzas de gobierno y de partidos pero nunca se pretendió ni quiso extenderse este instrumento e institucionalizarlo para beneficio de todos.
Los regímenes de gobierno en su mayoría han sido militares, golpistas o elegidos democráticamente pero con visos de autoritarismo. Eso refleja una pobre tradición democrática por lo tanto de poca visión de consenso. A ellos debemos agregarles la pobre organización de algunos partidos políticos y la coyuntural performance de sus acciones.
Ojo, Belaunde era un demócrata y fundador de un partido con historia y experiencia de gobierno, de modo que no buscamos achacarle culpa alguna, más bien su opinión, refleja el pensar de los partidos políticos en general sobre el tema que nos convoca y su posterior evolución sobre el tema.
Pero el discurso de la concertación en el Perú es nuevo, recién en el 2002 durante el gobierno de Alejandro Toledo Manrique pudimos dar vida al Acuerdo Nacional y fijar un rumbo sobre el futuro de nuestro país.
Esa transición ha sido difícil, hemos tenido que entender que podemos y debemos debatir, consensuar sobre políticas a largo plazo al margen de ideología e interés alguno. Sentarse con todas las fuerzas representativas, escuchar, ceder, amplificar el discurso y aprender de las distintas posiciones que podernos llegar a un gran acuerdo sobre estas tres elementales palabras: Escuchar, negociar y consensuar.
Por ello, es importante que los Partidos Políticos internalicen el Acuerdo Nacional en sus discusiones de programa y planes de gobierno. Se requiere que este instrumento de gobernabilidad asegure un rumbo para todos los ciudadanos del Perú. Se requiere además de voluntad por parte del gobierno de turno, de verdaderas Organizaciones Políticas y no de grupos de amigos, y de una verdadera representatividad de las distintas organizaciones que supervigilen esta importante institución.
¿Cuantos años tuvieron que pasar para que no sentemos a concertar? Perdimos mucho tiempo en peleas insulsas.
Periodista y escritor
El libro editado por la periodista Sonia Goldenberg Decidamos nuestro futuro (marzo, 1985) patrocinado por el Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico y la Fundación Friedrich Ebert (con motivo de las elecciones presidenciales del ochentaicinco) recoge entrevistas a los principales candidatos de ese entonces: Alan García Pérez, Luis Bedoya Reyes, Alfonso Barrantes Lingán, Raúl Alva Orlandini y Francisco Morales Bermúdez. Además, propone a las distintitas fuerzas políticas explicitaciones acerca de sus planes de gobierno en relación a ejes temáticos. Hasta ahí ideas interesantes, y buen planteamiento del pliego de preguntas. etc.
Lo que llamó mi atención y por ello traigo a recuerdo este libro, es un detalle importante que se entrelaza con la finalidad que busca el presente artículo. Al comienzo de la obra, a manera de introducción, hay una entrevista al Presidente de la República –en esos años- Fernando Belaunde Terry. Dos preguntas concretas le plantea la periodista:
1.-Varios partidos hablan hoy de consenso: ¿Cree que estamos madurando políticamente?
2.- ¿Cual seria a su juicio la plataforma para lograr un acuerdo nacional?
A la primera pregunta responde el mandatario aduciendo como ejemplo de consenso la cita que tuvieron los ocho candidatos con motivo de la llegada de Juan Pablo II a Palacio de Gobierno.
La segunda respuesta refleja una escaramuza para rehuir a la fundamentación. Belaunde habla de libertad de prensa, constitución, carreteras, obras públicas, energía. En ningún momento hace alusión al tema de la pregunta: la concertación.
A lo largo de nuestra historia republicana no hemos visto ejemplos de consenso entre fuerzas políticas, organizaciones sociales y gobierno que se reunieran con la intención de fijar los derroteros de las políticas de estado que requería nuestro país. Hubieron otras experiencias unificadoras pero con intereses distintos: coaliciones, frentes políticos, alianzas de gobierno y de partidos pero nunca se pretendió ni quiso extenderse este instrumento e institucionalizarlo para beneficio de todos.
Los regímenes de gobierno en su mayoría han sido militares, golpistas o elegidos democráticamente pero con visos de autoritarismo. Eso refleja una pobre tradición democrática por lo tanto de poca visión de consenso. A ellos debemos agregarles la pobre organización de algunos partidos políticos y la coyuntural performance de sus acciones.
Ojo, Belaunde era un demócrata y fundador de un partido con historia y experiencia de gobierno, de modo que no buscamos achacarle culpa alguna, más bien su opinión, refleja el pensar de los partidos políticos en general sobre el tema que nos convoca y su posterior evolución sobre el tema.
Pero el discurso de la concertación en el Perú es nuevo, recién en el 2002 durante el gobierno de Alejandro Toledo Manrique pudimos dar vida al Acuerdo Nacional y fijar un rumbo sobre el futuro de nuestro país.
Esa transición ha sido difícil, hemos tenido que entender que podemos y debemos debatir, consensuar sobre políticas a largo plazo al margen de ideología e interés alguno. Sentarse con todas las fuerzas representativas, escuchar, ceder, amplificar el discurso y aprender de las distintas posiciones que podernos llegar a un gran acuerdo sobre estas tres elementales palabras: Escuchar, negociar y consensuar.
Por ello, es importante que los Partidos Políticos internalicen el Acuerdo Nacional en sus discusiones de programa y planes de gobierno. Se requiere que este instrumento de gobernabilidad asegure un rumbo para todos los ciudadanos del Perú. Se requiere además de voluntad por parte del gobierno de turno, de verdaderas Organizaciones Políticas y no de grupos de amigos, y de una verdadera representatividad de las distintas organizaciones que supervigilen esta importante institución.
¿Cuantos años tuvieron que pasar para que no sentemos a concertar? Perdimos mucho tiempo en peleas insulsas.
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