Carlos Rivera*
Periodista
y escritor
El actual crecimiento de Arequipa
obedece a la estabilidad
macroeconómica del país de la última década, dinámica que atraviesa el turismo, comercio e industria;
además de venderse la ciudad como
singular atractivo de cónclaves ejecutivas ( CADE, Convención Minera, entre
otras). Hay un enorme pliego de obras por ejecutar: Majes Siguas II, El Puente
Chilina, La Autopista hacia la Joya que desde luego darán nuevos
derroteros socioeconómicos y de integración a los arequipeños. Pero, esto nos lleva a
decir que somos una región (ya no solo debemos pensar como provincia
capital) –aun- con perspectiva.
Necesitamos pensar Arequipa -y, a esto apuntamos con la presente- en una dimensión
prospectiva, construyéndola hacia el futuro.
Arequipa lidera el
crecimiento de las regiones a nivel nacional conjuntamente con Trujillo. Estas estadísticas positivas deben
servir de base a fin de integrar una
autentica visión de desarrollo regional que desde luego no solamente involucre a
las autoridades representativas sino
a una alianza pública-privada. La Cámara
de Comercio e Industria de Arequipa hace
mas de una década puso en agenda el
proyecto de la Macrorregión Sur generando espacios de diálogo y, eventos como la famosas cumbres
macrorregionales y una propuesta técnica-política y que, a pesar de críticas a las mismas, se le
debe reconocer su contribución. Un hecho trascendental fue la
Junta De Rehabilitación de Arequipa encomiable unión de autoridades del
ejecutivo, empresarios, y sociedad civil reunida por la coyuntura de los terremotos sufridos en el 1958 y 1960. El CARA,
significativo
espacio donde año
tras años se viene discutiendo y exponiendo la problemática de nuestra región.
Existen problemas amenazando convertirse en obstáculos futuros como el reordenamiento
del transporte, el crecimiento urbano, la ausencia de pulmones ecológicos en la
ciudad. El cultural es un factor trascendental, Arequipa debe ser un punto de referencia cultural al igual que ciudades como Buenos
Aires, Bogotá aprovechando al máximo ese bien ganado titulo de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Un problema que estamos
viviendo hoy en día es la exclusión de
las provincias quienes reclaman ser atendidas en salud, educación, infraestructura,
tecnificación, impulso económico etc. y ser parte de la torta de
beneficios del desarrollo que la ciudad
exhibe.
Necesitamos -y eso es de
carácter imperativo- pensar Arequipa y actuar
forjando de una buena vez
verdaderas convergencias institucionales
por el desarrollo de Arequipa. Basta de que cada quien defienda sus fueros y luche por sus
exclusivos intereses. Tenemos que conectarnos con las urgentes necesidades
del futuro.