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viernes, 4 de julio de 2008

EL ATARANTADOR


CARLOS RIVERA

Después de la performance ante su encuentro con Fujimori, Montesinos ha demostrado con fehaciente solvencia un rasgo de su personalidad, con los límites y talentos que esta posee. ¿Y cual es si podríamos decirlo?: pues la de atarantador. Esta variedad de hombres abundan en el Perú por miles, especialmente en la política.
Montesinos quiso impresionar con lo que hizo siempre, solo que ahora ya todos lo miran con pena y hasta risa. Es que ya se ha mudado al refugio de una cárcel y la inacción es su destino: no manda, no dirige, ya no fisgonea a plenitud. Sin poder entre las manos Montesinos no es mas que un pobre diablo (como diría Hildebrant en su artículo de La Primera 02/7/08) que no asusta ni a su gatito. Pero ¿por qué Montesinos era considerado inteligente frente al stablisment de la política nacional en los noventa a pesar de las conocidas mañas de capitán descarado desde la década del 70 y defensor de narcotraficantes desde que obtiene su titulo falso en el 78 ? ¿Por qué hombres de derecho como Valle Riestra, Alberto Bustamante Belaunde, Tudela, Carlós Ferrero o la ex fiscal de la nación Blanca Nélida Colan, Trazegnies por citar unos cuantos no detectaron algún indicio de este atarantamiento al que eran sometidos? ¿cómo era posible que hombres de televisión poderosos broadcaster, periodistas matreros en el oficio (como Guillermo Thorndike), jueces , fiscales , congresistas , militares, empresarios made in Confiep ( Dionisio Romero, Roque Benavides etc.) y hasta intelectuales como Pablo Macera pasaron como elucubración algo que ya olía a discurso de pendejo?.
No creo en la presunción de ingenuidad e inocencia de cada uno de estos mencionados, sencillamente ante la posibilidad de prebendas de todo tipo y nivel, de ver que sus lineamientos autoritarios personales se ponían en practica muy a pesar de tener la membrecía de demócratas, se obnubilaron ante esta luminosidad de Montesinos hasta hacerlo llegar al nirvana. Después de todo el poder es un elixir, provoca delirios tanto para quien lo posee, los que rondan alrededor de el y otros que gustan de servir al que lo ostenta, al mejor estilo infame de sobón.
Montesinos no zarandeó al fiscal, solo lo atarantó con esa palabrería abogadil propia de aquellos que pululan en las afueras del Poder Judicial buscando un casito para las cervezas del domingo. No había por que apabullar al fiscal, si desde ya se notaba nerviosismo y falto de tino con las preguntas, parecía un títere y no por Montesinos sino por que la nada inteligente manera de interrogar era ya una evidente debilidad para ser aprovechada por cualquiera. Pero acaso los jueces y fiscales no sentirán vergüenza ajena de haber estado a los pies de Montesinos cerca de diez años. Recordemos que la reforma del Poder Judicial vino de la mano de José Dellepiani (marino experto en bombas) quien era máximo jefe de la Comisión Ejecutiva del Poder Judicial quien asistía al SIN para dilucidar aspectos de dicho proceso. Si Dellepiani era un ignorante de la materia y Montesinos un atarantador, nada bueno podía salir de dichas conversaciones.
La prensa se ha encargado sin desearlo tal vez de mediatizar leyendas al respecto: en los sectores populares hay la creencia de un Montesinos cerebral, lector sagaz y acucioso analista de la política y sumamente experto en estrategias de inteligencia que puso en práctica durante la lucha contra el terrorismo. Pero a él no se debe la captura de Abimael, que fue fruto de un cuerpo especial de inteligencia (el GEIN) de la Policía Nacional del Perú. Según los expertos, estas estrategias antisubversivas ya existían desde el primer gobierno de Alan García solo que Fujimori las aplicó, con los excesos que se conocen hoy. El líder de Sendero Luminoso también aparece como magnánimo hombre de ideas y conceptualizaciones precisas de la realidad de las clases populares y sin ningún atisbo de humildad se declaró rimbombantemente como la cuarta espada del marxismo, ojo después de Marx, Lenin y Mao. Siempre se parte de la tesis que presentó para graduarse “La teoría kantiana del espacio” y de la llamada entrevista del siglo donde es explicita su construcción fantoche para dejar bien en alto el nombre del susodicho, o sea como hombre de inteligencia.
Hay una imagen de Montesinos en Panamá que dio la vuelta al mundo, donde aparece con un polo a rayas, sentado en una silla ojeando un libro, desde luego un desafío iluso a todos sus perseguidores demostrando una superioridad intelectual que desde luego era inexistente cuando finalmente cayó preso y traído de vuelta al Perú. Pero no es el único atarantador profesional, Fujimori es uno de ellos y lo fue desde su años de profesorcito de la Universidad Agraria La Molina para luego ganar la presidencia y al no poder presentar su plan de gobierno se excusó en una dolencia estomacal producto de haber comido bacalao, al chinito se le podría creer de todo. Alan también nos quiere hacer pasar gato por liebre y cita mal a Vallejo, confunde los versos de algún poeta del siglo de oro Español o le echa la culpa de todo a los marxistas de la CGTP, a los comunistas que en los últimas contiendas electorales no ganaron nada siendo ahora casi invisibles y a la crisis mundial del petróleo su gestión ineficaz para los pobres y deliciosa para los ricos, y lo hace con una conchudez supina, desde la cúpula de su vanidad presidencial.
Rafael Rey pasa por demócrata pero en realidad es un conservador a ultranza y facho, siempre critica a los comunistas, los margina, le apestan pero nunca hace gala de conocer a ciencia cierta de lo que está hablando citando fuentes o lecturas previas para llegar a estas afirmaciones. Sumémosle al ramillete a tipos como Fernando Olivera además de atarantador, payaso. Carlos Torres Caro en su hoja de vida dice haber estudiado Filosofía de los Derechos Humanos en España pero se hizo el loco sobre el caso madre mía de su mentor Ollanta para luego dejarlo solo refugiándose en los brazos de Alan García. Antero Flores Araoz pretende ser lisonjero y criollo cuando hay claras evidencias de podredumbre en su ministerio. Nos quedamos cortos. Y aquellos congresistas que contrataron trabajadores fantasmas para agarrarse la suya y luego poner cara de píos ante la evidencia de sus delitos.
El atarantamiento nos es una performance de sabiduría, tampoco una pose de estrategia o superioridad, es un estado primitivo de autodefensa, una treta para ganar atención antes que se den cuenta que todo es baladí, atarantar en meter insultos al rival, creerse bibliófilo cuando a las justas se lee Corín Tellado, meterse con la madre, las hermanas ,la raza provocar que el rival pierda la consecuencia y explote con un cabezazo al mejor estilo de Zidane a Materazzi, luego llevarse la copa y festejar victorioso.

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