“Dijeron que este día no llegaría nunca. Dijeron que nuestras expectativas eran demasiado elevadas. Dijeron que este país estaba demasiado dividido, demasiado desilusionado para unirse en torno a un propósito común”
Discurso de Obama en Iowa, Enero 2008
Carlo Rivera
A unas semanas de juramentar el primer presidente negro de la historia de los EEUU recae en sus manos tal vez la mayor responsabilidad jamás depositada en algún jefe de la Casa Blanca. No por que tenga que enfrentar una guerra mundial atómica, sino por que la recomposición del mundo en un nuevo escenario geopolítico cambió desde hace varios años. Agreguémosle a esto el rechazo del mundo a la invasión a Irak, y Afganistán, la posición política que debe optar ante el conflicto Israel-Palestina, la crisis económica que ha de enfrentarse este 2009, el liderazgo político económico mundial que le pretende arrebatar China, se convierten en desafíos históricos para Obama que le exigirá una fortaleza personal y de equipo de la administración que lo acompañara en su gestión. Hilary Clinton resulta trascendental como Secretaria de Estado, mujer demócrata, capaz, resuelta y con un carisma que invita a confiar en ella la política exterior norteamericana. A diferencia del estilo duro e inflexible de la ex secretaria de estado, Condolezca Rice de la saliente administración Bush.
La campaña que lo llevó a la presidencia fue singular: Tuvo que sortear distintas dificultades, romper con estigmas dentro del propio Partido Demócrata donde competía con Hilary Clinton en las primarias. Luego vino la campaña con Mc Caín y temores y acusaciones de procomunista y de estar a favor de intereses ajenos a las doctrinas expansionistas que predominan en ese país. Aun así ganó y ahora le tocó recibir el gobierno de manera formal de la mano de Bush, quien deja un alto índice de impopularidad, descredito de la política económica. A diferencia de los demás candidaturas pasadas como la de Clinton, Bush (padre), Ronald Reagan y , Nixon entre otros hasta la muy popular y trágica carrera de John Kennedy no se ha visto tanta fe mesiánica hacia una candidatura como la de Obama ofreciendo sintetizar la resolución de los grandes problemas estadounidenses que enfrenta actualmente como, el acceso universal a la salud publica, revisar las políticas migratorias hacia los ilegales, reordenar la política económica y sobe todo dar un viraje -al menos eso es lo que parece si cumple con su promesa de revisar el bloqueo a Cuba y desaparecer la prisión de Guantánamo y gestionar una apertura real de diálogo con América Latina. En lo que respecta a la política exterior norteamericana deberá prestar mayor atención al bloque asiático liderado por China, la Unión Europea, y los países en proceso de desarrollo como Brasil, India y Rusia que empiezan a tomar un rol protagónico en el contexto donde hablamos hoy en día de un mundo multipolar.
Los ciudadanos de los EEUU confían en que Obama haga realidad el sueño americano de Martin Luther King, los ciudadanos del mundo elevan una plegaria para que la poderosa utopía del nuevo presidente sea acompañada de un sentido de humanidad y compromiso con el planeta.
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